En el número de marzo del suplemento de ciencia de «Salut i força«, hablamos de una técnica endoscópica específicamente ginecológica, con gran valor diagnóstico y terapéutico en nuestra especialidad:
A lo largo de la historia, el interés médico y científico derivó en el desarrollo de diversos artilugios que permitían acceder a las diferentes cavidades corporales y que fueron incorporándose a la práctica clínica de muchas especialidades médicas.
Una de las últimas técnicas desarrolladas fue la que permitió la visualización de la cavidad uterina, es decir, la histeroscopia. El acceso a través del cuello uterino, las particularidades del útero, que presenta una cavidad virtual y no real, la dificultad para conseguir una distensión adecuada de la misma y el control del sangrado de la mucosa endometrial fueron relegando el desarrollo de esta técnica hasta nuestros días. En la actualidad disponemos de histeroscopios que no sólo van a confirmar el diagnóstico de la patología endometrial, si no que van a permitir el tratamiento quirúrgico de la misma, muchas veces sin necesidad de anestesia ni ingreso hospitalario.
La Comunidad Valenciana ha tenido la gran ventaja de contar con una escuela de endoscopia ginecológica que ha formado a gran parte de los especialistas de nuestro entorno. Los doctores Coloma, Diago y Payá, en el Servicio de Ginecología del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, actualmente dirigido por el Dr. Gilabert, se constituyeron en maestros y referentes de la histeroscopia no sólo en nuestra comunidad, si no a nivel nacional, siendo los auténticos responsables del alto nivel que esta técnica ha adquirido en nuestros hospitales.
En medicina reproductiva, al igual que en ginecología general, la histeroscopia nos va a permitir evaluar las características de la cavidad uterina ante la sospecha de una determinada patología, establecer el diagnóstico de confirmación y solucionarla quirúrgicamente.
Como comentábamos antes, las clásicas histeroscopia diagnóstica e histeroscopia quirúrgica, se han aunado en los últimos tiempos gracias al desarrollo de instrumentos con canal operatorio que permiten practicar pequeñas intervenciones quirúrgicas de forma ambulatoria. (Figura 1)
La histeroscopia diagnóstica suele practicarse sin necesidad de anestesia. Numerosos trabajos científicos avalan la tolerancia de la técnica y, en consonancia con ellos, los estudios que hemos desarrollado en el Hospital Universitario de La Ribera verifican que las molestias producidas por esta exploración son leves/moderadas (Espejo et al. Pain in office hysteroscopy. Gynecol. Surg 2005; 2 (Suppl. 1) 33).
El responsable de la mejor tolerancia de la técnica es la reducción del calibre del histeroscopio diagnóstico que ha pasado de los 2 cm que presentaba el histeroscopio de Bozzini, a principios del siglo XIX, hasta los 5 milímetros o menos de los actuales.
Como medio de distensión uterina suele emplearse gas (CO2) o soluciones salinas y fisiológicas y, para la visualización endoscópica de la cavidad, se emplea un sistema de video que lleva asociado un dispositivo emisor de “luz fría”, llamada así porque se ha suprimido el espectro lumínico de los rayos infrarrojos para evitar el calentamiento del instrumento.
Pólipos (Figura 2), miomas submucosos (Figura 3) o septos (tabiques) uterinos (Figura 4) son las patologías más frecuentemente detectadas en las pacientes, sin olvidar las cicatrices mucosas (Figura 5)
Las pacientes que consultan por dificultad para conseguir un embarazo suelen ser mujeres en las que la probabilidad de patología intracavitaria es baja. Aún así, la sospecha diagnóstica con técnicas como ecografía transvaginal o histerosalpingografía, entre otras, hace aconsejable la práctica de exploraciones como la que hemos descrito.
Dra. María Rita Espejo Catena
Especialista en Ginecología y Obstetricia.
Máster en Reproducción Humana.
Hospital Universitario de La Ribera. Alzira
Instituto FIVIR. Hospital NISA Aguas Vivas.